sábado, 28 de junio de 2008

Contras de Vanguardia, autoengaños y citas sin canon


Como estoy en la lista de correos de amigos/conocidos de Rafa Goicoechea, inquieto agitador cultural al que conocí por el amigo común Moi Salama y que marchó a vivir a Barcelona hace un tiempito. Una de las cosas que comparte con nosotros en la distancia de Roberto Carlos son las contras que el sábado saca el periódico La Vanguardia. Y nos las manda en una versión legible en email y esas cosas que se agradecen.



Suelen ser entrevistas rápidas pero no subnormalillas a científicos, escritores y ensayistas, nuevos sabios actuales, en una época en la que los medios de comunicación -que ya no son lo que eran y aún no saben qué acabarán siendo- van introduciendo día a día más elementos de divulgación científica. La gente ya está hasta las narices de que le repitan lo que ya saben que no es cierto. Hay hambre de conocimiento, y necesidad de aprender, al menos en algunos sectores. A principios de semana recibí esta entrevista sobre la mentira y el autoengaño, realizada hace un año a Robert Trivers, biólogo, antropólogo, psicólogo y sociobiólogo.



Como es interesante y lo mejor de la divulgación es que nunca pare la cadena, aquí lo cutypasto. Y encima lo cutypasto con dos cojones, como diría un castizo, en la semana en la que los periódicos dicen en sus interiores que se están planteando cobrar un canon por cada cita/link de blogeros y weberos, viendo cómo seguir cobrando por esos contenidos que tan mal suelen pagan a los que los elaboran. Sé de lo que hablo: he trabajado como periodista durante casi 20 años, muchos de ellos en medios tan 'reputados' como El País, Diario 16, Diario Sur o Canal Sur Televisión.



Así que, aquí tenemos a Trivers de mano ajena, mientras las empresas y corporaciones avisan que quieren sacarnos una pasta por divulgar, citando: oiga, la apropiación intelectual es otra cosa y siempre me ha parecido cutre y barriobajera; significa decir que son mías las ideas, los trabajos, los pensamientos de otros, para obtener por ello un beneficio generalmente económico. Esto es: suplantación y robo. (De eso habla Trivers también, masomeno). Nada que ver con el hecho de querer cobrar por citar y linkearse en la red a las cosas que dicen unos señores interesantes desde los medios totalizadores a los mal pagados periodistas que, cuando son buenos, limitan su capacidad a saber reelaborar en corto espacio de tiempo las ideas ajenas en un formato de tamaño y diseño preestablecido: algo muy loable y útil, y que no hace bien cualquiera, vale, pero que tampoco hay que desmadrar en su importancia. Soy periodista, insisto, y el corporativismo o el ombliguguismo no me impide corroborar este hecho. (De hecho, cuando entré a trabajar en un periódico por primera vez, pensaba que era un lugar donde se escribía mal, como de segunda división). Porque estos mismos medios que nos quieren cobrar ahora por linkearlos ni se plantean, decía, pagarle nunca al señor que piensa y al que se entrevista por el hecho de que su medio divulgue su trabajo. Sus ideas, osea, que son las que nos interesan. Así que desde las Lágrimas del Androide copiamos esta entrevista que Rafa Goico nos manda desde Barcelona.



Es el periódico La Vanguardia. Al César lo suyo, eso está claro. Ciertamente, uno de los más amenos y mejor escritos de los que se hacen en España (¿podemos o a por ellos?), subsección Cataluña, estante Barnópolis. Es una contraportada de un sábado de hace un año. Entrevista, Ima Sanchís. Habla, Robert Trivers. (La foto es de otro lugar de la red).





Considerado uno de los cien grandes pensadores científicos del siglo XX, acaba de recibir el premio Crafoord que otorga la Real Academia Sueca para complementar las disciplinas que no tienen premio Nobel. Estudia las bases biológicas de la conducta social de los animales y ha venido a dar una conferencia sobre el instinto del autoengaño en la cátedra ´El cervell social´ de la UAB.



ROBERT TRIVERS · TEÓRICO EVOLUTIVO
"El autoengaño es una adaptación evolutiva"
IMA SANCHÍS - 11/06/2007. La Vanguardia

Tengo 64 años. Nací en Washington y vivo en Nueva Jersey. Ya no estoy casado. Tengo 5 hijos y 5 nietos. Me licencié en Historia y me doctoré en Biología. Bush hace lo contrario de lo que predica Jesús, es un peligro. Soy protestante, Jesús fue un gran maestro y un profeta, pero decir que es Dios es una tontería con efectos sociales muy negativos.

- Usted fue del estudio de lo humano a lo animal.




- Sí, la gente hace lo contrario, pasan 30 años estudiando los patos y lo aplican a lo humano, pero sabemos mucho más de nosotros que de cualquier otro animal. Yo llevo 64 años siendo y observando a otros humanos.





- ¿Y a qué conclusión ha llegado?



- Que al ser humano le falta corazón. Pero mis estudios versan sobre la biología evolutiva, sobre los mecanismos biológicos adaptativos como el altruismo recíproco o el engaño y el autoengaño.






- El altruismo no es necesariamente recíproco.





- De acuerdo. Usted rasca mi espalda y yo rasco la suya, hasta ahí todo va bien. Pero existe la tentación de que usted rasque mi espalda y yo pase. Así que necesitamos un sistema emocional para vigilar a los tramposos.




- ¿Y lo tenemos?



- Sí, nos enfadamos mucho cuando hacemos cosas buenas por otros y no corresponden. El sistema de justicia evolucionó en este contexto, y no es un sentimiento acotado al ser humano, como tampoco lo es el engaño.



- Cuénteme.



- Hay numerosos ejemplos de seres vivos que emplean las técnicas del engaño con el único fin de sobrevivir y perpetuar sus genes. Los virus y las bacterias, por ejemplo, camuflan sus efectos hasta el punto de burlar el sistema inmunológico preparado para atacarlos. Y los pájaros han llegado a un alto grado de sofisticación del engaño.



- ¿Mienten?



- Sí. Cuando quieren robar comida o hacerse con la hembra de un nido vecino se inventan el ataque de un depredador y empiezan a lanzar gritos de alerta para distraer y alejar al macho del nido.



- ¿Y esas ruindades nos hacen evolucionar?



- No sabe hasta qué punto; la habilidad de contar nació de la decepción. Verá, algunos pájaros dejan su huevo en el nido de otro que, a su vez, ha aprendido a detectarlo y lo expulsa. Esos individuos espabilados aprendieron a hacer un huevo casi idéntico para que no fuera detectado. Pero los dueños del nido aprendieron a contar y, al ver uno más, destruían todos los huevos.


- ¿Quiénes suelen ganar, los mentirosos o los engañados?



- Ante una misma comunidad el mentiroso habitual está destinado al fracaso. Si el mentiroso actúa de forma repetida, las víctimas del engaño llegan a identificar la mentira y desarrollan respuestas contra ella.


- Confiados, pero no tontos.


- En un mundo complejo formado por mentirosos y engañados los mecanismos para identificar y provocar el engaño evolucionan a la vez, de manera que la complejidad y eficacia de ambas estrategias aumentan.



- ¿Hasta qué punto?


- El autoengaño es una sofisticación del engaño, ya que ocultar la mentira a uno mismo la hace más invisible ante el resto. Si yo le estuviera mintiendo, usted leería en mi rostro señales de engaño: sudor, rubor.


- Pero si usted se cree la mentira que me está diciendo, ya no hay signos evidentes.



- Así es. Creo, pero no puedo demostrarlo, que mentir le requiere mucho esfuerzo al cerebro porque hay que saber la verdad, falsificarla, suprimirla y presentar la falsedad. ¿Pero qué ocurre si la verdad queda relegada al inconsciente y la mentira a la consciencia?


- Que es un lío que pagas muy caro.


-... El coste cognitivo disminuye radicalmente. El autoengaño, en mi opinión, es un mecanismo que ha sido seleccionado evolutivamente para servir al engaño e impedir su descubrimiento. Pero es muy peligroso...


- Eso decía yo.


-... porque estás echando fuera de tu mente la realidad. Pero hay miles de ejemplos que evidencian la constante práctica del autoengaño. Tendemos, por ejemplo, a profesar opiniones más elevadas sobre nosotros mismos que sobre los demás.


- Interesante ver esa vanidad como autoengaño.



- En EE. UU. se realizó un experimento para medir el grado de homofobia entre un grupo de hombres. Se les proyectaron escenas pornográficas gays y se midió el grado de excitación sexual a través de la dilatación del pene. Resultó que los homófobos se excitaban muchísimo más que los que se definían como no homófobos.


- Curioso.



- Más curioso es que al preguntar a los sujetos cuál creían que había sido su grado de excitación, todos decían que ninguno.



- Peligroso.



- Es fundamental establecer una teoría científica del autoengaño y olvidarse de Freud y sus pseudociencias. El precio que pagamos por vivir en esas mentiras que la mente identifica como reales es muy alto. Las guerras son nido de autoengaños. Creemos que nuestra patria parte de una superioridad moral y que todo está justificado. El problema es que el autoengaño forma parte de la biología y la neurofisiología, va a ser difícil erradicarlo.



- También estudia usted la simetría.



- Sí, durante doce años he estudiado la simetría en jóvenes de Jamaica y creo que los humanos simétricos tienen ventajas evolutivas respecto a los no simétricos porque su genoma es más estable en su desarrollo. A mayor simetría, más inteligencia, rapidez física, mejor sistema inmunitario; y los simétricos son más atractivos y bailan mejor.



- Trabajando la simetría, mediante ejercicios como escribir con las dos manos, ¿puedes cambiar las sinapsis del cerebro?



- Interesante pregunta, pensaré sobre ella.










Hale, pues ya se acabado. Yo os plantearía algunas preguntas que hay hasta quien se lee de vez el cuando las entradas del puñetero blog éste y hoy me siento un poco Mary Poppins:


1. ¿Os engañáis/ habéis engañado mucho? ¿Sois conscientes de ello?

2. ¿Qué beneficios creéis que obtenéis de eso?

3. ¿Sois radicales contra algo que en el fondo os gusta y os da miedo admitirlo?

4. ¿Cuál va a ser el resultado del España-Alemania del domingo?

5. Gracias, Rafita.

1 comentario:

Max dijo...

Interesante entrevista. Sin embargo, cuando habla de las guerras y alude a la creencia en la superioridad moral de EEUU por parte de sus ciudadanos, dice que el problema es que el autoengaño esta “hardwired” neurofisiológicamente. Cosa que puede ser cierta, pero que no excluye el manejo político-social de la información (cosa sugerida en el post mismo). Desde mi experiencia viviendo en gringolandia, diría sin titubeos que nunca he visto una población menos autocrítica en mi vida. Y eso no es biológico.

A las preguntas:
1- Soy conciente de que soy inconsciente de mis autoengaños. De los otros, estoy trabajando en ello.
2- La pensión de jubilación, el seguro médico y, sobre todo, mi sueldo.
3- Radicalmente entregado, sobre todo cuando más que miedo siento pánico.
4- Mi pronóstico es: se destapa un engaño en los resultados de los partidos previos, se descalifica a Alemania y a España y se declara ganador a Turquía. Al final de la copa todos se emborrachan igual.