martes, 6 de enero de 2009

Paco Roca: "Los que leemos comics somos la delicatessen de los lectores"



Paco Roca en su estudio de Valencia

Confiesa, mientras pide una ensalada durante el tiempo de su almuerzo, único espacio libre que le queda para conceder entrevistas, que esto del Premio Nacional de Cómic esconde “una maldición”: no parar de hablar desde entonces. “Si esto fuese así siempre, acabaría con tu vida laboral”. Pero no, Paco Roca (Valencia, 1969) está encantado con este reconocimiento que le ha descubierto –no ya para la inmensa mayoría del público que no tenía ni idea de quién era– sino para muchos lectores de cómics a pesar de su dilatadísima trayectoria como dibujante y autor de cómics, ilustrador o diseñador gráfico. Roca, que ha sucedido al gran Max en este premio recién instaurado que ha contribuido a darle un estatus creativo al cómic que en España se le sigue negando empecinada y estúpidamente, tiene ya unos cuantos añitos de autor de viñetas a sus espaldas. Por ejemplo, como dibujante en revistas como Kiss Comix (sí, a buen seguro que a más de uno se le habrá encendido el faro de la libido con sus comics eróticos en esta publicación: Roca tenía la culpa) o El Víbora. Otros álbumes suyos –algunos publicados en Francia, Holanda o en Italia y aún inéditos aquí- han sido Gog, El Juego lúgubre, Las aventuras de Alexander Icaro: hijos de la Alambra (Planeta Agostini) y El Faro. Pero su premio ha resultado más estimulante no sólo por haber logrado que su madre le diga algo más que “vale, hijo mío, muy bonito lo del Saló del Comic de Barcelona, pero ¿tú vas a venir a almorzar el sábado?”. “Me dijo nerviosa que el rey en persona me iba a dar un premio y sentí, casi por primera vez en mi vida, que mi madre reconocía que su hijo estaba haciendo algo importante con los dibujitos. En realidad esta obra me ha permitido conectar a niveles increíbles con todos aquellos que jamás leían un tebeo, personas mayores, como mi madre”, confiesa. Esta obra no es otra que Arrugas (Ed. Astiberri), un multipremiado, sencillo y conmovedor relato gráfico sobre la enfermedad de Alzheimer y sobre la situación que los ancianos sufren en las residencias. Paco se pide un refresco.


Pregunta: Y lleva 17.000 ejemplares vendidos, que para sí los quisieran muchos novelistas.

Respuesta: Sí, es una pasada. Hay temas que, sin saber por qué, tienen mayor difusión y actualidad. Alzheimer y la vejez son dos de ellos.
Página de Arrugas (Astiberri).

P: El protagonista de su historia es una persona real muy cercana.

R: Emilio era el padre de un amigo de la infancia. Un hombre que siempre me había impresionado por su cultura y su gran memoria. Pude ver cómo le afectaba y era impactante. De todas las enfermedades que conozco ésta era la más misteriosa porque te va borrando la identidad. Y encima te das cuenta. Es aterrador.

P: Se ha documentado a conciencia.

R: Cambiando nombres y situaciones, todo lo que cuento es real. Me pasé meses yendo a residencias de ancianos, hablando con ellos y observándolos. Recuerdo que mi amigo me contó una anécdota de su padre que me conmovió. Una noche a las tres de la mañana mi amigo se despertó por el sonido de una maquinilla de afeitar. Era su padre, afeitándose en el cuatro de baño. “¿Qué haces papá?”, le dijo. “Qué voy a hacer, hijo, preparándome para irme a trabajar”. “Pero, papá, si son las tres de la mañana y hace diez años que no trabajas”. Me contó la cara de terror de su padre en el espejo al darse cuenta de que su hijo tenía razón.

P: ¿Qué le conmovió más de su trabajo, el abandono al que sometemos a las personas mayores o la pérdida progresiva de la identidad que supone la enfermedad?

R: Las dos cosas son muy duras. Me ha preocupado que lo que entendemos por realidad depende de sutilezas químicas. Si somos lo que hemos acumulado, si lo que hemos vivido nos define como individuos, esa enfermedad nos deja sin nada. No sólo no sabes quién eres. No sabes qué es ser. Es la más devastadora. Y las residencias son terribles también. Son monumentos a la soledad. Son necesarias en muchos casos, la gente que trabaja en ellas hace labores maravillosas, por eso no juzgo a nadie en el cómic. Pero debemos cambiar de mentalidad. Son ghettos para el olvido. No es ésa la solución.

P: ¿Los hijos de Bruguera ya hemos enterrado a Peter Pan?

R: Sí, yo también crecí leyendo Bruguera. En nuestra generación muchos empezamos con Mortadelo o Zipi y Zape. De allí, saltamos a Tintín. Luego a los superhéroes. Luego a Carlos Giménez, luego a Hugo Pratt y su Corto Maltés. Creces con los cómics porque hay cómics para cualquier edad.

Ilustración para una portada de El Víbora.

P: ¿Qué le diría al que sigue pensando que el cómic es un arte menor?

R: Lo mismo que a la gente que cree que toda la literatura es Código da Vinci. Si somos tan incultos como para no saber que existen Auster, Borges o Cortázar, no es problema de la literatura. No es problema del cómic que tú no sepas que además de manga existe el Maus o el Watchmen.

P: Tengo entendido que su próximo comic está basado en El libro de arena de Borges.

R: Hace referencia al libro, sí. Borges, Kafka o Cortázar. Poseen ese surrealismo mágico con el que puedes parodiar a la sociedad. Habla sobre la memoria y la capacidad de predecir el destino.

P: ¿Por qué tantos escritores desprecian el cómic?

R: Creo que es envidia porque el cómic es muy accesible a todo el mundo. Un libro exige siempre un pequeño esfuerzo. Esa facilidad de lectura hace que gente que se dedique a la literatura crea que es inferior, como si fuera el esfuerzo del público lo que validara el arte o la capacidad comunicativa de una obra. El cine es igual y nadie lo entiende como menor. Un cómic puede llegar a tocar temas y de forma más profunda que la literatura de manera asequible. Leí un estudio que probaba que el cómic era el medio que más atención lograba del público en temas médicos de prevención, más que cualquier, folleto, spot publicitario o novela.

P: Le voy a preguntar por algunos autores españoles de cómic. ¿Carlos Giménez?

R: Es el Will Eisner [autor estadounidense del personaje Spirit, uno de los más grandes creadores de la historia del cómic] español. Ha creado el cómic para adultos en España. Paracuellos es un master sobre cómo contar una historia.

P: Ibáñez [autor de Mortadelo, Sacarino, Rompetechos…].

R: Me sorprende que alguien siga conectando años después con las distintas generaciones y hacerlas reír. Un maestro.

Ilustración para una portada de la revista de música Efeeme.

P: Max [ganador de la edición 2007 del Premio Nacional de Cómic con Bardín el superrealista].

R: Es uno de mis autores favoritos y parte de la historia moderna del cómic en España. Alguien capaz de reinventarse cada vez. El innovador. Un espejo donde mirarse.

P: Mikel Gallardo [creador junto a Juanito Mediavilla de Makoki]…

R: Es un grandísimo amigo y autor. Es similar su caso al de Max que, trabajo tras trabajo llega a una pureza de líneas sublime. El trabajo suyo que quedó finalista en el nacional, María y yo, es una belleza. Tierno y didáctico. Sabes qué se siente al tener una hija con autismo.

P: Salvador Larroca y Carlos Pacheco [dibujantes españoles que triunfan en Marvel y DC].

P: Admirables. Ahora con Internet es más fácil. Pero ellos fueron pioneros. Aparte de su calidad como dibujantes su energía les ha llevado a conseguir su sueño y ser números uno mundiales.

P: ¿Un menú de viñetas para iniciarse a los 40?

R: Obviamente, el Maus de Spiegelman (Planeta de Agostini); María y yo, de Gallardo (Astiberri); Crónicas birmanas de Guy Delisle (Astiberri), para quienes gusten la literatura de viajes; Barrio lejano de Taniguchi (Ponent Mon) y No pasarán de Vittorio Giardino (Norma).

R: ¿Es de los que desprecia a los superhéroes?


P: Quien desprecie a los superhéroes, que son la base de la industria del cómic, junto con el manga, sólo está tirándose piedras a su tejado. Hemos crecido con ellos y nos han educado con muchas cosas positivas. Además tienes obras maestras, como Watchmen, que trasciende el género. En todo caso, hay cómics que son para sólo entretener y eso ya es suficiente. Son como el cine de acción o los best sellers en literatura: entretener es difícil y respetable.

R: Usted creció en el mundo de las revistas de cómics. Ahora han cerrado casi todas. Sin embargo, se editan muchos más comics books que antes.

P: Sí. Las pequeñas editoriales hacen el trabajo que antes hacían las revistas. Autores que entonces eran difíciles de publicar ahora lo consiguen en Astiberri, Bang, La Cúpula, Sinsentido… El cómic se está haciendo adulto porque hemos conseguido al público de literatura. En un encuentro de cómics reciente se reveló que el 90% de los lectores adultos de cómics tenía estudios universitarios. Un dato comparativamente muy superior al de los lectores de libros o espectadores de cine. Quiere decir que somos un público muy culto. Somos la delicatessen de los lectores.