martes, 4 de marzo de 2008

Debattin' catch: El definitivo






Si no hubiera estado antes allí, no sabría qué decir. Pero yo he formado antes parte de ese circo, los he visto construir sus estrategias, fabricar al Frankenstein de cada equipo. Sigues atónito la pantomima, escuchas luego cómo repiten sus ecos una y otra vez los encargados de construir esa metarrealidad donde todos pertenecen a alguien, están ahí por alguien y son parte de la escala trófica de este Matrix que dice ser la realidad política. Y allí, los figurantes, los moderadores, los opinadores, los ecuánimes, los expertos, los periodistas, los representantes, los politólogos, los columnistas, reclamando ser en la medida que están ahí, como los demás, diciendo que su emperador sí que es quien lleva el traje más hermoso. Lo cierto es que ambos andan desnudos en su similitud Emidio Tucci. Y ambos lo saben.
Pero lo que importa no es que ellos lo sepan. Lo que importa es pensar si hay alguien que aún no lo sepa. ¿Puede ver alguien un combate sin estar de parte de alguien? Creo que sí. Pero de esa manera nunca ganas ni pierdes. De esa forma estarías viendo porno sin implicarte, y eso genera un gran desinterés. Porque de eso se trata. Aceptar que no pierdes ni ganas nada, que sólo contemplas a dos muy malos actores jugando a ser duros rivales, cuando ellos son los primeros que saben y asumen que es todo una gran farsa, una misa con reverendos gesticulantes, una representación engolada para burgueses donde la dama joven tiene 67 años y el galán gasta dentadura postiza, un eventomedia, la mediamaquia.
A ninguno le va a faltar de comer mañana. Van a seguir ahí. Elegidos por los suyos y los que mueven los hilos detrás de los suyos para ser el foco de loores semejantes o iras ajenas a cambio de notoriedad y puertas abiertas para siempre. Y los suyos, los que están detrás de los suyos seguirán comprando asesores de imagen y gastando saliva en pizarrines de colores. Contratando luego encuestas y viendo repetidas en todas las televisiones las mismas palabras y ocurrencias por los mismos adeptos. Ganó el mío, por goleada. No el mío destrozó al tuyo. Ví al tuyo crispado. El mío hizo más propuestas. Miente, engaña, falta a la verdad. Falso. Usted. No usted. No, usted. Usted dijo. No dijo usted. Gracias, señor R. Mire señor Z. Buenasnochesbuenasuerte. Tengoalaniñaenlacabeza. Y citan a sus voceros. Muestran sus hojillas de propaganda. Y se acusan uno al otro de realidad. De falta de realidad.
Y ponen cara de malos actores, porque son malos actores. Ya se vio en EEUU: Reagan, Shwarzernegger, Chuck Norris, mediocres actores de un solo registro a los que no se les resiste el trono (un trono virtual, claro está). Ya se ve en Francia. Sarkozy nos recuerda a ese actor, con cara triste... sí hombre, lo tengo en la punta de la lengua. Para recordarse y perpetuarse contrata a la chica y juegan a la escenificación del amor. No, si da igual que se lo crean o no. El cerebro se activa en las mismas zonas cuando se vive el amor o cuando se ve a otros experimentarlo.
Ahora nuestros malos actores se miden la credibilidad, como quien pone los dedos para decir cómo la tiene de larga. Luego la contundencia. Luego, la agresividad. ¡Qué gorda que tienes la agresividad, cariño...! Y cuando tienen algo indefinido, o no tienen, o gastan ese no se qué que se queda balbuciendo le ponen palabro. Menudo talante que has echado, hijo mío, te queda que te cagas. Y primero, los expertos elegidos por los propios asesores. Y luego, los periodistas, trabajando para cada candidato. Y, por fin, los humoristas, también trabajando para cada medio que trabaja para cada candidato para luego pasarle la factura (¿te manipulo una mijita y luego me das el fútbol? ¿te crispo a saco y luego me das las licencias de construir Matrix?) casi los únicos que tienen patente para aliviarnos el estreñimiento permitiéndonos la chanza, la parodia, el sarcasmo, la burla, pero que necesitan de ellos, de los candidatos, para tener algo con lo que justificar poder ponerse el traje de payaso cada noche.
Y así, cuando el humorista cierra la noche (apasionante, intensa, tensa... taaaan repetida, tanto share vida mía) haciendo chistes de los candidatos y completando todo el ciclo de digestión, soltamos la cagada final y nos podemos ir a la cama. Y nosotros riéndonos de esas caras infames, como compradas en una tienda de artículos de broma. Así sentimos alivio y nos olvidamos de la manipulación, de la farsa, de la construcción de la realidad, de Matrix, de que nunca dirán nada cierto. Ah, esas caras de actores de tercera, tan parecidas a las nuestras en las bodas.
Y es todo tan descarado que te entran ganas de proponer que el próximo debate lo comente Héctor del Mar como hace en las las paródicas peleas de pressin' catch. Al menos ahí te diviertes con la representación de la mentira. No tienes que hacer una digestión tan larga y costosa. Todos juegan a que se pegan, nadie suelta una galleta. Se necesitan. Nadie se lleva a engaño. Salvo, quizá, los niños en la primera vez que ven a esas moles darse falsos puñetazos y, una vez advierten que era un truco, aplauden a sus magos por su habilidad. Son esos mismos niños que no dudan ni un segundo en la mentira de los actores del debattin' catch. Papá ¿esos tíos tan feos quiénes son? O mi adolescente, sin inmutarse. ¿Quién va ganando? Mi pregunta: ¿pero esto también lo estoy pagando yo? Sí, claro. Y no puedes parar de mirarlo.





Por fin, un sms me devuelve a la realidad. "¿Estás todavía despierto? No puedo dormir. ¿Me cuentas un cuento?" Tenía pesadillas, decía. La niña, que no se le va de la cabeza.

3 comentarios:

Ginebra dijo...

Esa niña es como una peli de ciencia ficción serie B, "La invasión del ectoplasma infantiloide" o así.

buscema63 dijo...

Supongo que habrás leído o te habrán mandado el sms que están haciendo circular por ahí. "Hola, soy la niña de Rajoy. Y die algo así como soy española, tengo siete carreras, soy solidaria y muy libre. Paro claro, soy lesbiana, me quiero casar con mi pareja y quiero adoptar a un emigrante. Así que creo que votaré al PSOE, lo siento, Mariano". Ah, mu bueno lo te tu cabina, se me había pasado. bzis

Ginebra dijo...

Jajajajaja... no, no lo había visto. Por cierto gracias por lo de la cabina. En cuanto al minero y la chica yeyé... no me tientes, no me tientes... jejeje