Ahístá: er Cake, Mirandita der Perché. A punto de marcarse por soleá una canción de Chucho o Joy Division, que escucharle no lo hice.
Guapo de las noches, guapo cancionero, listo, artista de vender y profesor de la facu de Bellas Artes, autor de la imagen que ilustra este blogsito de mi corassón, siempre sale en las fotos con cara de venderte una colonia íntima: mono, pero remonísimo. Aquí descubrimos su vena más racial y malaguita, su pepemenismo intrínseco, empero cosmopolita. Es que lo llevas en las venas.
Fue en la celebración de la presentación en la librería Proteo de Málaga del libro Vida Tinta, el primer libro de María Hernández Martí, la marihache. (En otro rato adjuntaré crónica del acto; la crítica anda unos post más atrás).
Como tanta cultura nos enciende los corazones, nos da sed y nos malaguitiza, pasamos por El Beato de Beatas y acabamos en el Orellana y rematamos en el Trifásico. A Mirandita der Perché no le cupo más verdeymorá debajo del pellejo con tanto arte, y allí, en el templo de las tapas bokeronas de mimalagalabella, en ese Orellana de calle Nicasio Calle, se arrancó por Camarón de Manchester y mostró su furia, que no su ruido, escoltado por el Fali, al fondo, tras la barra, último eslabón de la cadena de Orellanos Corleones de la tapita, con cara de guasa y qué te pongo.
Qué arte tiene mi Cake. Mañana te saco guapo, rubio, que me levantao joío.
3 comentarios:
La foto es buenísima, pero te van a matar
Even a cake can sing in the Orellana... conste que yo también atesoro algunos reveladores posados tuyos, pero, como soy amigo decente, le ahorraré susto y disgusto a tu Eli. De todas formas, entiendo que este lanzamiento estelar incluye derecho a Música Contada con concierto, cena y honorarios de luxe, tanta Watling, tanta Watling...
No sólo eso, sino que incluso estoy pensando que haga usted ése concierto tantas veces postergado con la Orquesta Filarmónica de Rumanos de La Carihuela cantando sus más bellas y malaguitas romanzas. Aquéllas que antaño, antes de la operación, le igualaron a astros locales como Miguel de Molina, la Marisol, la Mari o el simpar Morconcito de Alfarnate. Sueño con esas versiones con trompeta y acordeón de aquellos míticos hits: "Zoy medio moña", "Tengo guardá la cañadú", "Te vi a dá azín" o "Mía que te quean malamente lo zombrero, shosho".
Sólo de pensarlo, me lo hago encima. Yo te produzo, Mirandita. Grande, Mirandita. Grande der Perché.
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