miércoles, 11 de junio de 2008

Van Morente canta a Von Picasso


Foto que ilustra la entrevista que Efeeme dedica a Enrique Morente. De Igor Cubillo. Abajo está el link

Ya está Morente con nuevo disco. La cosita está que arde. Al Maestro le ha ido muy bien juntándose en sus últimos trabajos con lo nuevo y exótico de alrededores (Lagartija Nick, Planetas, su propia hija Estrella, las Voces Búlgaras, Marta Sebastiaen), encuentros que han ampliado su registro y la nómina de admiradores fuera de los territorios de lo flamenco, donde a don Enrique, que cada día se parece más a van Morrison, ya no le quedaban más palos que tocar para que se le abrieran puertas. Y se le han abierto, qué duda cabe. Pero también es cierto que a regañadientes, que ya sabemos que el flamencólico confunde su pasión de aficionado con la de sumo sacerdote, que da y otorga categorías, loores y llaves del cante sólo a quien él cree que se parece a lo que ya conoce. Si por ellos fuera, el flamenco no sería una música del presente sino un recuerdo detenido de lo que a cada presidente de peña La soleá o cada locutor de programa de radio del estilo de "Por las venas del cante" o "La senda del duende" o "A compá por las ondas" -programas que suelen hacer de gratis a cambio de regalías, entradas y, sobre todo, del poder omnímodo que da el decir:

-El cantaor de Úbeda demostró que sus tercios en las soleares están muy lejos de lo que el gran Antonio Chacón iluminó en su día. Le falta convicción por no hablar del penoso alzapúa de Riverita der Castaño, falto de la energía y del duende de la tradición guitarrística de su pueblo adoptivo, Cañete el Chico, largamente recogida por D. José Luis Linarejos Sepúlveda en su ya mítico tratado, Soleá y pureza, un libro que, de estar editado debería ser lectura obligatoria para cualquier tocaor con voluntad de ser alguien en el arte de las seis cuerdas.

Y cosas así, y quedarse tan aliviado, que de todos los suboficios que el crítico/divulgador/cronista puede desempeñar quizá sea el de la subsección flamenca el que más jalalala * (*: jerga vana y vacua) puede usar para no decir nada. Como poco, habría que situarlos entre los cronistas taurinos -pero éstos al menos intentan imitar a Joaquín Vidal que escribía de cojones- y los futbolísticos. Aunque también es cierto que éstos dos últimos siempre tienen algo de realidad a la que agarrarse, ya que existen hechos que poder relatar: un resultado, un penalti, una cogida, caída de banderillas, pañuelos al foso o al presidente... Y, claro, salvo excepciones, el crítico flamenco sólo como hojas de rábano lorquismos de tercera para adornar subjetivismos poco fundamentados.

Pero, vamos, decía -que es ponerme a hablar de flamenco e irme por las ramas: algo tendrá el temita- que el Maestro Morente ha sacado disco, Picasso de Málaga. Y además de hacer, ya decíamos, lo que suele y bien le ha ido para ampliar horizontes, públicos y lugares de papeo, colaborar con unos y otros de dentro y fuera del territorio flamenco (aquí, Floren de Planetas, Josemi Carmona, Maxi de Primavera Sound, Juan Habichuela, sus niñas Estrella y Soleá, la orquesta Chekkara de Tetuán...), ha hecho también otra cosa que suele: abrazarse, ronear, acercarse o inspirarase en una figura indiscutible de la cultura universal. Si antes lo hizo con Lorca, Bécquer, Quevedo, Leonard Cohen, Leon Felipe en sus discos anteriores, desde el fundacional y deslumbrante Omega (Lorca, El pequeño Reloj, Morente sueña la Alhambra), ahora lo ha hecho con Picasso. Por klo menos no coincidieron en vida, que si no, ya me imagino a los mecenas de Prisa y BBVA planteando un encuentro con Picasso pintando, Morente cantando y José Tomás desnudo toreando improvisadamente a Nacho Duato vestido de minotauro y recogidos por la mirada afilada de Pedro Almodóvar que hará una edición especial en DVD que te regalarán acuando metas tu nómina en el banco o te suscribas Canal Plus (los cien primeros con foto de todos firmada). "Cinco genios Cinco". En fin, que de eso nos hemos librado. Lo siento por el m,aestro, que hubiera cogido una poca pasta y les hubiera puteado algún día que otro llegando tarde

Y al igual que en anteriores ocasiones, este trabajo parte de un encargo institucional -si una institución andaluza quiere tener prestigio NECESITA tener un Morente en sus mecenazgos; como antes debía tener un Barceló en su colección plástica, o un Espaliú si no tenía demasiado dinero o un Schnabel si le sobraban dinero y espacio- como fue la Junta de Andalucía en el año de la apertura del Museo Picasso de Málaga, cuando encargaron al maestro un recital sobre textos y poemas de Picasso. (Inciso, como esto del mecenazgo lo cuenta él mismo en la entrevista del Efeeme de hoy que se ha currado Igor Cubillo, pinchad al link y os encontraréis con una revista musical a la que alguos tildan de viejuna y a mí y a otros nos parece necesaria y bien escrita y muy bien documentada; otra cosa es no hable de los artistas que gustan en rockdelux, pero para eso ya está Rockdelux, ¿no?; bueno, será que soy viejuno. En fin, el link: http://www.efeeme.com/opinion/opinion_ficha.aspx?ids=2&ID=2011).

Y este otro lo pongo, aunque ya lo tengo en favoritos en el listado de la derecha, porque está escrito ejemplarmente por el compañero y admirado Pedro Calvo, gran periodista musical desde hace ya unas temporás -mítica pareja que formaban él y José Manuel Gamboa, para el que escribe, que no es nadie, el hombre que más sabe y mejor cuenta el flamenco del mundo: el mejor pedagogo poeta que uno ha conocido, Gamboa, digo- que se atreve con equilibrio y buen decir con todo lo musicalmente apreciable. Es un gran blog el de Pedro Calvo, donde hoy le he visto hablando, precisamente, de Van Morrison, casualidades de la vida. A los y las que hablan de músicas y memes, éste blog y el de sus afines le enseñará cosas. Espero, que ya uno no sabe lo que saben los otros ni lo que les interesa siquiera: http://sentaditoenlaescalera.blogspot.com/.)


Y como todo este rollo venía a que en su día a Morente le encargaron desde el Museo Picasso de Málaga que se hiciera unas cositas sobre poemas de Picasso para el día de la inauguración y yo fui uno de los privilegiados que cogió invitación y que vio de cerca a Jeremy Irons -de lejos, lo más espectacular que vino a la inauguración en asuntos de glamour y que me perdone el paisano Antonio y su Melania, pero ellos son ya como de la casa- e instigó y fue testigo de cómo a las chicas del PSOE -concejalas, militantas, delegadas y consejeras, ministras y senadoras, curadoras y gestoras culturales, directoras de institutos de la mujer o de áreas de igualdad y de gabinetes de prensa varios- se les caía el tampax cuando un servidor en pleno ejercicio de su maldad les dijo a un nutrido grupetto de socialféminas que venía a ver la colección de Picasso:

-Acabo de ver a Jeremy Irons con Antonio y Melanie en aquella sala del fondo. Carmen Giménez les está explicando unos cuadros. He entrado y me he acercado y nadie me ha dicho nada.

Y siete chicas por la igualdad fueron supirando y taconeando como gallinitas a ver a su Jeremy con jipidos de adolescente apenas reprimidos. Y es que desde Retorno a Brideshead y La misión soñaban con ése tal Irons, tan guapo, tan educado, tan alto, tan canalla y atormentado animando sus lubricidades (perdón señoras, pero todos tenemos lubricidades; ustedes más que nosotros, incluso). Luego durante la cena, algunas me reprocharon que Jeremy no estaba donde les había dicho, pero fue verlo todos entrar con Carmen Calvo, aún recién ministra, a medio afeitar, como de ir al campo, con fular y botas camperas, más impresionante aún al medirse con la ministra -que, eso sí, era muy lista y hablaba sin parar pero era, qué le vamos a hacer, muy bajita- pues acabaron de babear y me olvidaron la pequeña maldad.

Pero lo que quería contar no era esto -no me extraña que se cabrearan a veces en los periódicos conmigo, cuando me da por 'disgresar' no tengo rivales- sino que escuché esa noche, en la carpa que se montó junto al mar del puerto de Málaga y hoy en obras, a Enrique Morente cantando a Picasso -soy uno de los que conserva el cedé promocional que regalaron aquel día, con canciones y primeras versiones de lo que ahora ha garbado, como sucedió en su día con la Fundación García Lorca/Huerta de san Vicente y el disco Lorca de Morente o la banda sonora que Morente grabó antes para la obra de teatro Yerma- ante los oídos atónitos de la concurrencia.

Sí, porque allí lo que más había escuchando eran americanos, con el biógrafo picassiano por excelencia John Richardson y el arquitecto del museo Richard Gluckman a la cabeza, y franceses, con Christinne y Bernard Picasso -pero también Claude, Maya y Paloma- y sus familias en primera fila. Y lo que escuché por allá fue más bien estupor porque ellos esperaban algo más canónico y tablaero de la Puebla y no a Van Morenton haciendo por soleás tic, tac, tic, tac, tic, tactac, tictictic, tac... en su versión del poema de León Felipe El pequeño reloj. Sería como si al club de fans de Julio Iglesias en Miami les pones como telonero en un concierto privado a Daniel Johnston con Anthony and The Johnsons (hostia, qué buen freakocartel, ahora que lo pienso). Y claro, les entra turbación y epilepsia y las criaturas no saben qué cara poner porque les dicen que eso tan rarísimo para ellos es lo más en flamenco. Y ellos la última vez que vieron flamenco era a Ava Gardner bailando en La Condesa descalza. Claro, la cosa ha cambiado. (Como se enteren los picassos de que he dicho eso me mandan a un tasador con escalpelo a repasarme el escroto. Que menudos son). ¿Y los españoles a los que les gusta Morente, dónde estaban? Pues bebiendo y comiendo de gratis, tirándose el rollo, cambiando teléfonos y haciendo por parecer que nos hemos criado todos en el palacio Guggenheim pero el de Venecia y que María Callas nos cantaba el achilipú de chiquitos en la cuna. ¿Pero cómo estuvo a mi parecer? Pues mal de sonido, lo que le dispersó durante el minirecital. En exceso adulador con las autoridades (Christinne Picasso y Manuel Chaves y Carmen Calvo, sobre todos), que es algo que no le pega. Y valiente como siempre a la hora de meter a compás cualquier cosa que le echen. Picasso tiene textos muy interesantes, absolutamente surreales, que no sé yo si son lo mejor para cantar. Pero en fin, lo cierto es que de las mejores letras que se han grabado en los últimos años vienen del surrealismo lorquiano. Sólo hay que recordar la letra de La Leyenda del tiempo. ¿Bueno, pero y el disco del que hablas? Pues aún no lo tengo. Sólo informo de lo que sé.

Bueno, pues no tengo más ganas de postear sobre Morente. Que pinchéis en Efeeme y Sentadito en la escalera y os compreís o escuchéis el disco por ahí. Ah, sí, una última cosa. Para el hermano de Javier Conde, yerno de don Enrique y esposo de la simpar Estrella, Curro Conde, sí, Currito, que ha trabajado en giras con Enrique Morente, sí; bueno, que me debes 200 euros, guapo, que a ver cuándo me los apoquinas sin tobligarme a poner ni fatiga ni desagradable, que ya han pasado tres semanas desde el concierto de Chambao, yo cumplí y la cosa está malita para todos.

Y a escuchar todos al maestro, que siempre enseña. Cante por Picasso o por Iríbar.

2 comentarios:

EVA dijo...

Morente, cómo me gusta (privilegiado no conozco ese CD)....
Ahora miro los links....
Otra cosa, duele la vista, a mí por lo menos, cuando se lee en pantalla....

...¿es posible, si te apetece, poner más espacios entre pequeños párrafos? Así los ojos descansan y es mucho más
agradable.

En cualquier caso seguiré viniendo..

Un saludo

buscema63 dijo...

pues es buena la apreciación. Se agradece. Cambiaré tamaño de letra, interlineado y le daré al enter más a menudo. Con razón me aumenta la vista cansada. Thanks a lot!