Lágrimas de androide
Incluso
un androide
puede llorar.
puede llorar.
Yo (al menos)
conservo las lágrimas.
En 1930, con Larmes (Tears) Man Ray se anticipa a la lágrima imposible. Casi cuarenta años después, The vision, personaje de Roy Thomas (escritor) y John Buscema (dibujante) para la serie de comics de Marvel The avengers (Los vengadores), retoma el testigo de las lágrimas improbables allá en el año 1968 en los números 57 y 58 de la colección, Behold the Vision y Even an android can cry. Más tarde, en los primeros 80, el replicante Roy Batty de la versión cinematográfica de la novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Blade Runner, dirigida por Ridley Scott, se convierte en uno de los malos más sublimes y metafísicos de la historia del cine encarnado por Rutger Hauer con su monólogo final.
Hace un año y medio, un amigo pintor, Carlos Miranda, me regala un cuadro por mi 43 cumpleaños recreando la famosa viñeta de John Buscema donde el personaje de La Vision llora al ser invitado a formar parte del supergrupo. Desde luego, este androide se convirtió en mi modelo masculino en aquellos años de primera infancia. Si hasta aquel sintozoide heroico y aparentemente sin emociones humanas podía llorar, la emoción era de pronto una cualidad en los hombres. Acabo de leer que existe una publicación sobre género en EEUU que se llama así, Even an android can cry.
Estas lágrimas en el límite de la humanidad me recuerdan esa frase de Leonard Cohen: "la realidad tiene grietas, y es ahí por donde la luz entra".
Por esa grieta recibí yo la luz. Cierta luz.
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