Mi hijo, mientras estoy en el retrete:
(levantando la voz)
-Papá, que me voy.
-Espera que termino enseguida.
-Déjalo, que pierdo el autobús.
-Bueno, ¿qué plan tienes?
-Me bajo al centro. Vuelvo en el último Portillo.
-Vale... Pásatelo bien.
-Lo mismo te digo... Pero llama a alguien. No te quedes hoy solo.
-Gracias, tío.
-Adiós, papá. Te quiero.
-(...).
(Portazo. Cae el agua de la cisterna. Sollozo).
viernes, 22 de febrero de 2008
Tarde del 22 de febrero
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1 comentario:
Pues llama.
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