Es muy bueno que la ciudad tenga un equipo de fútbol en primera. Es en realidad glorioso. Aquí nos alegramos, ya se dijo. Le viene muy bien a Málaga tanta notoriedad porque va a retransmitirse hecha partido de interés general como si fuera sólo césped verde e ínclita afición. En ésas, con gritar los goles, hacer la ola, pintar pancartas y fichar un goleador con carisma, anda todo hecho. Es muy bueno que el Málaga C.F. suba al olimpo catódico hecho campeón con toda la ciudad vestida con camisetas y bufandas y gorras blanquiazules: vaya pasta que el fabricante se habrá levantado. Pero lo que resulta más jodido es que se tumben coches, se destrocen aceras y se amedrente al personal embutifarrados en una alegría cuya consigna sonaba demasiado a "puta Sevilla, puta capital". Si la alegría es pasaporte para el salvajismo y el odio toponímico es que nos hemos equivocado mucho. Aquí se ha fomentado alegremente -Feria de Agosto- un modelo de entusiasmo festero que consiste en bebérselo todo y devolverlo luego hecho eructo, basura o salvajada. Ojalá el Sevilla esté ascendido o sin posibilidades el último domingo de liga cuando juegue en Málaga. Si no, vamos apañaditos.Es muy bueno también que Málaga tenga un festival de cine. Y que aspire a ser un Cannes español. Es una pasada. Pero para ello deberían los empresarios poner negocios donde celebrar fiestas y conciertos en buenas condiciones. Y la organización sentarse a ver cómo ha habido semejante desbarajuste con viajes, alojamiento e invitados. No puede haber hoteles libres -Parador de Gibralfaro- y mandarse a gente a Benalmádena. No puede anunciarse a Jorge Sanz, Jesús Bonilla o Quique San Francisco como participantes en una gala y que luego éstos se queden en el hotel. Salomón Castiel, que es el director del festival, debe ahora sentarse tranquilamente a organizar bien por dentro el festival, a programar retrospectivas con interés y rigor y a integrar en la financiación a instituciones rivales (Junta) para evitar politización e instrumentalización del evento para loor de ediles con mayoría absoluta: ojo, Celia Villalobos ha estado muy discreta este año, tenía ya las encuestas y no tenía a Banderas. Eso si quiere que el festival no se acabe convirtiendo en una cáscara vacía con festejos para la tele por fuera y poco cine o muy visto por dentro. Son dos años sólo, se sabe. Pero ya hay quienes han apostado desde fuera para que el festival sea un referente. Es muy bueno asomarse al exterior. Pero con un poquito más sustancia.
martes, 12 de febrero de 2008
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