martes, 12 de febrero de 2008

El talento

Los artistas, los cultos, los que hablan de los unos y los otros y se erigen en valedores o denuesto del talento, se han reunido. Siempre el talento, que sobra, dicen y decimos por Málaga, por Andalucía, España y la Humanidad en peligro. Unos y otros, de risa y pasarela relajada en gran gala modesta, la gala fiesta del viernes pasado del mucho talento que nos sobra y el poco caso que nos hacen. Allí están y estamos, en el Café-Teatro, junto a la casa donde vivió y murió el escultor Pedro de Mena (convertida por el ayuntamiento en casa natal del granadino desde sus monolitos informativos para turistas). Nos reunimos porque un periódico semanal hecho y pensado en el condado malacatí, cumple cien números seguidos de vocación gratuita, sustentándose en la publicidad, distribuyéndose con tesón y reuniendo lo que puede, que es más cada semana, de la actividad llamada de ocio y cultura del condado de Malagón. "Informaciones del Ocio y la Cultura" ha reunido al talento de la ciudad para jalearse a sí misma y premiar justamente a dos representantes del talento local: la galerista, ahora sin galería, Tecla Lumbreras y el actor Juan Manuel Lara, director de la compañía Teatroz, que han llevado su excelente Casting al Festival de Santo Domingo donde han salido a hombros de público y crítica como esa que los sitúa en la frontera del "antes y después del teatro español". Talento desaprovechado por el poder oficial, dicen y decimos. O algo así, que con el número cien han sacado un "análisis-manifiesto", varios artículos-denuncia de lo malamente que está la situación de infraestructuras culturales del condado, de cómo la llegada de la derecha apoya lo más cateto y nos sume en la incultura, del miedo de los cultos a perder las regalías que el poder otorga y esas cosas. Lo escriben Garriga Vela, Guillermo Busutil, Carlos Hernández Pezzi, Alvaro García, Diego Santos y Tecla Lumbreras, escritores, periodistas, artistas y talentosos miembros de la Cultura. Dice el director del semanario, Ramón Triviño, periodista de los de raza (raza periodista se entiende) y hombre que tiene la virtud y el defecto de convertir todo lo que hace/dice en la más grande ocasión que vieron los siglos, dice, digo, que esos artículos ponen el dedo en la llaga con testosterona d eizquierda. Lo que, sin dejar de ser cierto, es ya tradición y cantinela pues la llaga debe estar más insensible que el callo de una momia, que cada generación o individuo que se acerca a la tribu de los cultos, repara, qué menos, en lo evidente. Y allí el talento, pidiendo sin ira por nuestra boca de raza lo del Platanito. O al menos lo de Norma Duval. Y que aquí o allá se lo cuenten. Al final llegaron responsables culturales del puño y la rosa, buscando, quién sabe, un nuevo fichaje. Apostando por la cantera.

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