martes, 12 de febrero de 2008

Felicitación navideña 07




A todos los que aún pueden mirarse al espejo
y no se dan vergüenza
o desprecian sus cuerpos.
A todos los que aún no
(ni ya, tan pronto)
se rinden
ni creen haber nacido para salvar el mundo.
A los que han elegido sus cariños
y no los dejan morirse
ni exigen lo que no son capaces de dar.
O los que no se cansan de intentarlo
aunque el premio sea un churro
o pierde o ganan y abrazan al contrario que les hizo campeones o segundos.
Al que no le importa mostrar quién es
por miedo a perder algo
y al que se disfraza para enseñarle todo al que está enfrente.
A los que no se avergüenzan de amar a quién, cúando, cómo o tanto?
y pasan de cuánto, muuuucho, vayaaa, dame
y no temen dar más o menos que el otro.
A los que no dan bacalá como besugo
ni se hornean la espalda para sentirse príncipes.
A los que actúan para entretener o revelar
no para engañar.
A los que piden perdón y perdonan
aunque sea imperdonable.
A los que saben estar larva, gusano o mariposa
por más que sepan que todo se acaba en un ratito
y sepan que no saben qué coño pasa luego.
A los que saben unirse para aliviar lo que les pesa,
a los que les falta y dan y recuperan siempre:
a los que se acuerdan que siempre, infinito, jamás y eternamente
son palabras que no deben usarse nunca (perdón, con exceso)
porque no sabes lo que miden.
A vosotros, que ni falta hace que os desee algo bueno,
en el año de James Bond
os invito a reclamar licencia para matar
a los estúpidos que llevamos dentro,
aunque sea de la risa que provocan
cuando fingen delante del espejo muertos de vergüenza.

Y apuntarse a eso de los orgasmos planetarios
porque aunque los tiranos, canallas y dementes no van a acabarse de repente
os vais a sentir mejor, seguramente.

Suerte, besos y salud en 007

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