martes, 12 de febrero de 2008

¿Picasso de Pasión?

La eleción de un dibujo de Pablo Picasso para el cartel de la Semana Santa de Málaga desata la controversia
¿Es un gesto intrascedente anunciar la Semana Santa de Málaga con un cartel cuyo autor fue, además del más grande genio plástico del siglo xx, ateo declarado? Que un dibujo de Picasso a plumilla de la cabeza de un Cristo coronado de espinas (boceto de la serie El Cristo de Torrijos de 1959, donde el pintor unía los temas de la tauromaquia y la iconografía cristiana) anuncie una celebración de contenido religioso no deja, cuando menos, de resultar chocante. Pero en la Málaga sincrética ya nada sorprende.La historia del cartel que fue presentado anoche en el Ayuntamiento de Málaga arranca de una iniciativadel concejal de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, Antonio Garrido, cofrade significado y reconocido profesor universitario. Garrido planteó a las cofradías ceder los derechos de reproducción que poseía el ayuntamiento de Málaga del cuaderno de Cristo de Torrijos, derechos que antes había dado al ayuntamiento Claude Picasso, propietario del cuaderno original, para la edición de un cuadernillo bajo el mebrete de la Fundación Picasso. Según dijo el nuevo presidente de la Agrupación de Cofradías, Clemente Solo de Zaldívar a este periódico cuando se anunció la idea, ésta se recibió "magníficamente"."Jamás le hemos pedido ideología al autor del cartel hasta ahora, sólo que el motivo fuese religioso", decía. Y Solo, obviando que Picasso ya no podía recibir encargo en la tumba, se apresuró a analizar el momento de la creación de aquel dibujo, que ni mucho menos es lo mejor ni lo más representativo del pintor. "Yo creo que Picasso en ese momento analiza fríamente que hay algo superior a nosotros. Él no era tan ateo como, quizá por moda, dicen ahora", reflexionaba. E iba más allá Solo: "pienso que para recordar que la memoria popular de Cristo es la Semana Santa, Picasso en 1959 hizo una obra para que el pueblo de Málaga la recibiera en 1998". No obstante Solo reconoce que el gesto puede suscitar controversias: "si uno piensa en las pegas no lo hace, es cierto que la cultura cofrade es una cultura barroca pero queríamos darle nuevos aires más dinámicos y asociar a las cofradías a esa Málaga del siglo XXI representada por nuestro artista más internacional". De hecho hay sectores dentro y fuera de la Agrupación, a las derechas y las izquierdas, que rechaza la peculiar idea por razones bien diferentes, pero de momento guardan silencio. Así como hay quienes lo califican como un gesto "valiente". Como el concejal socialista Magdy Martínez Solimán: "creo que la nueva dirección de la agrupación de cofradías no se apoya en considerar a Picasso como pintor de militancia laica sino que quiere asociar esplendor con esplendor: no hay antítesis, ya Picasso es de todos y estos gestos reconcilian a un artista con su sociedad". Y añade, refieriéndose con ironía a la polémica del cartel de la Feria: "al menos así tenemos la seguridad de que el cartel no es un plagio".No comparte este análisis tan optimista el catedrático de Historia del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid, Juan Antonio Ramírez, uno de los mayores especialistas actuales en el pintor malagueño. "Parece un detalle banal, pero es un signo muy profundo que demuestra la capacidad de olvido y de descontextualizar la historia tan propia de los malgueños. Simbolizar una cosa con la obra de un pintor que pensaba lo contrario es un gesto muy propio de la doble moral católica, la expresión suprema del catolicismo de raíz pagana cuya mentalidad sincrética se apropia de algo cuando le conviene y forma una inmensa sopa donde cada símbolo se desnaturaliza". Recuerda Ramírez que aunque Picasso tuvo "testimonios constantes de su posición anticatólica y nunca se arrepintió de ello", para el catolicismo "sólo dejas de ser católico si apostatas, y Picasso no lo hizo". El responsable de la celebrada Historia del Arte de Alianza Editorial añade que aunque comprendr como historiador el hecho no puede "aceptarlo como investigador mínimamente serio". "Esto forma parte", continúa, "de este proceso, cercano a la hipérbole y al cachondeo, de 'concordia nacional' donde todo se desprovee de su significación original". Y añade con sorna que quizá se hayan quedado cortos con el cartel: "sería mejor decir que no hay derecho a que no se inicie aún un proceso de canonización de paisano".
(H.M. El País. 1998).

2 comentarios:

Esperanza dijo...

Ay, qué nostalgia me ha entrado de esas piezas tuyas en aquel periódico de cuyo nombre no quiero acordarme, siempre afiladas, irónicas, capaces de poner sobre la mesa de autopsias la más mínima contradicción. Hasta me entran ganas de editarte otra vez (y mira que eres duro, que hasta aquí se te ha colado algún baile de teclas)
Gracias!

Ginebra dijo...

Um! qué febrero tan prolífico, eh. Como a aracne me gusta leer estos textos; de cuando en cuando la nostalgia es agradable.