Era sábado y había resuelto acercarme al pregón de la 38ª Fiesta de la Malagueña que daba Álvarez del Manzano. Sevillano -él, no el árbol- alcalde de Madrid que venía invitado por la Peña Malaguista a exaltar un cante al que adora tanto como a su esposa malagueña y sus tres hijas también. Escuchar al levantador de aceras exaltando "porte y belleza" de mujer y cante de acá exige entrenamiento más duro que el de Tom Hanks para el soldado Ryan: acabas con hematomas gentilicios. Pero como esa noche echaban la serie que iba a arrebatarme el corazón andaluz, tuve dudas entre lo global y lo particular y elegí pasión comunitaria.En los platós de la antigua Ciudad del Cine de Coín, parte de los cuáles se han convertido por ignotas operaciones en lujoso hotel entre pinares, nos habían avisado la que nos caería si no veíamos Plaza Alta. "Se va a comer al resto de las cadenas que no van a saber qué hacer". Esto no es hipérbole, que diría mi oratorio concejal Antonio Garrido, sino verbo real del jefe de producción de Canal Sur, Ricardo Llorca. Uno se atrevió preguntar cómo se combina una intriga vinícola a lo Falcon Crest, la gran experiencia como autor de culebrones del director de la serie Tito Rojas y la apuesta -política- de afirmar lo andaluz desde el habla mezclando acentos de Cabra a Periana. Lo de los acentos lo ha controlado Ángel Baena, que es hombre de teatro y mimo muy solvente. Llorca contestó que era vasco, que ya quisieran los de Falcon Crest tener la pasión y el dinamismo de los andaluces, que llevaba cuatro años en Andalucía y no se pensaba a marchar. Después, ya con una bolsa con dos botellas de vino de Jerez que nos regalaron, me confesó sonriendo que él era así de contundente. El día antes me comentaba el historiador Fernando Wulff, organizador del congreso de Historia Antigua que hoy empieza en Málaga, que los bascones se mezclaron con los bereberes. Vamos, que me quedé a ver la teleserie. Todos con sus acentos andaluces y ninguno era criado ni gracioso. Chocaba que la actriz Raquel Infantes, -fotogénica y desenvuelta: la contratará Tele 5- conservara su acento malagueño de clase media después de vivir siempre en Brasil. Pero ya sabemos: mejor si es andaluz. No salí con el corazón partío, pero es que hay amores de lenta digestión. Y también, no pregunten cómo, escuché a Álvarez del Manzano con la mujer malagueña. Pero lo siento: hay niños leyendo el periódico.
martes, 12 de febrero de 2008
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