Un antes y un después: se utiliza este tópico para referirse al concierto de los Rolling en Málaga el pasado jueves. Aquel mundo protegido por guardias de seguridad convirtió en reserva indígena al resto de la ciudad que hacía guardia tras la reja inaccesible. La ciudad del trapiche, la de la costa oeste, la más humilde y roja históricamente, pululaba alrededor de aquel decorado, intentando vender una chuchería más, una camiseta más, un bocadillo más. Tras el escenario se agolpaban pateras requisadas a inmigrantes ilegales. Durante el concierto se capturaron 800 kilos de hachís en una playa cercana mientras en el coso estoniano todo quisque fumaba canutos. ¿Un antes y un después? Un entonces y un siempre, mejor.
Hemos leído a Antonio Soler en Sur argumentar que no fueron los verdaderos Stones los que tocaron en Málaga. Que esa máquina de espectáculos, watios, F/X y jumbotrones no tenía nada que ver con los chicos que tocaban -muy bien por cierto todavía: qué menos después de tanto- hace 35 años por seis libras en el Bricklayers Arms en el West End de Londres. Sucede que de tanto rodar y rodar la piedra engorda o mengua: sólo importa por dónde lo hagas y quién es el dueño de la piedra. Ellos han rodado prosperando.
Prometieron megaespectáculo y ofrecieron eso multiplicado por diez. Fueron una de las mejores bandas de rock y eso ellos y sus discos aún lo avalan. Esos hombres de arrugas vivieron el r&r cuando era algo subersivo. Hoy no lo es: había que ver los matrimonios endomingados bailando Jumpin' Jack Flash en las gradas como quien baila un Perales, mientras el público miraba al pantalla de vídeo enorme del escenario. Orwell estaba allí. Un antes y un después: las palabras de tres segundos de Mike Jagger al pie del avión sirvieron para que Luis Vázquez, presidente de Diputación, tradujese luego durante cinco minutos a los periodistas a la estrella sin saber inglés. No hablemos de música y creación: eso fue con Cassandra Wilson el martes en el Cervantes. Había 500 personas.
Pero los Rolling han iniciado el año uno de Megamálaga. El miércoles comienza el desembarco Picasso. Banderas es más Málaga cuanto más Hollywood. Ya estamos en Segunda. Con festivales de cine, salas de exposiciones, actores ya salimos en los medios. Como dice un hincha del Frente Bokerón para meter miedo a los rivales: "se vais a jiñá". Antes y después. Entramos en la Era del Espeto.
martes, 12 de febrero de 2008
La Era del Espeto
Etiquetas:
De pasada
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1 comentario:
Olé! Esto es una crónica. Qué gusto leerte de nuevo, de verdad...
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