martes, 12 de febrero de 2008

¿Y tú qué lees?

El pelotón de cámaras y grabadoras ha obligado al poeta a leer las palabras que celebran el libro dándole la espalda a los jóvenes que han llevado a escucharle. Poeta: Pablo García Baena. Sobrelleva dirigir el Centro Andaluz de las Letras por amor a los libros. Málaga, miércoles, mediodía, biblioteca. Solemnes están María Victoria Atencia, poetisa, José Salinero, Antonio Martín Oñate y María Luisa Torán, bibliotecarios, Pepe Martín, librero y gerente del CAL, José María Ruiz Povedano, profesor de historia y político del PSOE, periodistas con prisa y 30 alumnos de 4º de ESO del Instituto de Portada Alta de Málaga. Han ido todos a escuchar al viejo poeta.El pelotón de la prensa obliga, pregunta y se marcha veloz. El viejo poeta ha hablado de aficionar al libro desde niños, en las familias y las escuelas. Los fotógrafos piden al poeta que firme unos libros que regala la Junta. Los chavales no conocen a Pablo, pero les gustan los autógrafos. Chicos con piercing, rapados o lolitas de risa cómplice piden su firma. Pablo nunca había firmado tantos autógrafos.Los maestros, ya sin periodistas, animan a los jóvenes a preguntar a su ídolo circunstancial. Los chicos ponen cara de examen. Una: ¿cuál es el mejor poeta andaluz? Baena: Don Luis de Góngora y Argote, dice, y explica su renovación del lenguaje. Otra: ¿qué leía usted cuando era joven? El poeta: A Donne y los metafísicos ingleses, los Autos sacramentales de Calderón, a Góngora...Un periodista rezagado interviene y pregunta a los chavales. Se animan. Una lee un libro de J.J. Benítez. Le encanta. Otra ha leído Titanic después de ver la película. Muchas a Bécquer. Otro dejó un libro porque "me gusta partirme el culo de risa y era un rollo". Ya hablan todos. "No tenemos tiempo de leer". "Ésta lee el Superpop". Risotadas. Acaba la sesión y se lanzan por el periodista. Un zangolotino le para: "no vaya usted a generalizar. No leemos tan poco. Pero nadie va a decir que son lectura los libros que te obligan a leer en clase. Los chicos también leemos poesía, pero no lo reconocemos porque otros nos dicen que éso es una mariconada...".Ya en la calle, poeta, bibliotecarios, gerente y periodista deciden tomarse una cerveza. Tal vez no estemos acertando con los jóvenes, se dice. Tal vez la culpa sea del sistema de enseñanza. Tal vez no importa tanto si es Donne o el Superpop lo que se lee... Lucía un sol tan rotundo que no daban ganas de encerrarse en casa a leer libros.

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